jueves, 13 de mayo de 2010

El PP y el gasto público.

El PP es un partido sorprendente. Sin duda alguna, puede decirse que se ha ganado a pulso el premio a la plataforma más incoherente de la actualidad. Si hay un partido político incoherente y oportunista en este país, ese es sin duda el Partido Popular. No obstante, esta faceta de incoherencia del PP ya la conocíamos todos, lo que nos trae de nuevo la actualidad es una nueva característica del PP (desconocida por aquellos que aun no nos habíamos enterado): la amnesia.

El PP sufre amnesia. Ya no recuerdan ni sus propias recetas para salir de la crisis. No recuerdan que fueron ellos los que no paraban de insistir en la necesidad de recortar drásticamente el gasto público, los que decían que Zapatero era un populista que no se atrevía a tomar medidas duras, los que decían que el gobierno estaba sometido a los sindicatos, y los que se quejaban constantemente del endeudamiento público mientras gobiernan las comunidades autónomas más endeudadas de España. El PP no se acuerda de nada. Se han despertado un día por la mañana y se han transformado de repente en los máximos defensores de gasto social, de las pensiones y de los trabajadores (Cayo Lara debe estar muerto de miedo, ahora que estos del PP se han hecho de izquierdas lo mismo le quitan votos).

Al contrario que el PP, el gobierno del PSOE apostaba por la inversión pública y la protección social para salir de a crisis. Y fue lo acertado, en épocas de caída de la producción es necesario que el sector público actúe de forma contracíclica con el presupuesto, asumiendo un déficit público que frene la caída de la demanda agregada de bienes y servicios de la economía. No obstante, una vez que hemos salido de la recesión, y con el elevado déficit público que tenemos, se hace necesario tomar medidas para reducirlo. Ahora SI es necesaria la austeridad, una vez que ya hemos visto señales de crecimiento de la demanda privada de bienes y servicios, el sector público debe reducir la suya para pagar las deudas y permitir que el crédito llegue más fácilmente a las empresas.

Y es ahora cuando la incoherencia del PP actúa, cuando su populismo les lleva a cambiar de opinión para sacar unos cuantos miles de votos, que vendrán de unos cuantos miles de votantes despistados por la prensa. Ahora votarán en contra de la reducción del gasto público después de haber ansiado tal medida, como hicieron con la supresión de la deducción de 400€ del IRPF (votaron en contra de suprimir la deducción, como también se opusieron en su día a realizarla).

Pero lo mejor de todo es la alternativa del PP a la propuesta del Gobierno de reducir el gasto. El PP se llena la boca con la palabra “austeridad”, y para demostrarlo realizan unas propuestas que TAN SOLO REDUCEN EL GASTO EN 100 MILLONES.

http://www.publico.es/espana/312320/ajuste/rajoyse/queda/millones

Eduardo de A. M-C.

domingo, 2 de mayo de 2010

Doble rasero

Desde que en 2004 el gobierno socialista llegara a la Moncloa ha tratado de dar salida a diferentes leyes de calado social bien fuerte como fueron la de matrimonio homosexual y la de la reforma de la ley del aborto. Además, por razones humanitarias, se permitió salir temporalmente al etarra De Juana Chaos de prisión para evitar su muerte tras una huelga de hambre.

Esto son sólo algunas de las tres cosas que recuerdo, así a bote pronto. Alrededor de ellas, mejor dicho, en contra, el Partido Popular (PP) organizó manifestaciones en las que figuraba como convocante y apoyo indiscutible. Sin embargo, parece ser que esas manifestaciones eran democráticas.

Este fin de semana asistimos muchos a las convocatorias que desde distintos colectivos, ninguno de ellos el Gobierno de la nación y, creo recordar, tampoco el partido al que pertenece (PSOE). Sin embargo, María Dolores de Cospedal rápidamente acusa a su oponente político de antidemocrático, de favorecer la división de los españoles apoyando y convocando las manifestaciones a favor de Baltasar Garzón entre otras lindezas.

Como siempre ocurre—recordemos que los que nos manifestamos contra la Guerra de Irak éramos antipatriotas y demás—el Partido Popular se asusta de la libertad de expresión que no menciona lo que él defiende. A los populares no les parece antidemocrático luchar contra los derechos sociales y civiles, unidos a la Iglesia en un estado laico y encabezan manifestaciones que van contra (subrayo la palabra contra) el gobierno legítimo como si este fuera incapaz de hacer las cosas bien. Sin embargo, cuando nos manifestamos libremente a favor de un juez, presuntamente inocente e injustamente enjuiciado, es antidemocrático.

Esto, desde mi modesto e ignorante punto de vista, no deja de demostrar el doble rasero de un partido político al que lo único que le interesa es llegar al poder al precio que sea y, parece, aliándose con cualquiera. Porque, consciente o inconscientemente, el acusar a Garzón es unirse a la más peligrosa derecha española que va contra los mismos fundamentos de la democracia. No sé si los populares son conscientes de a quién apoyan al acusar al juez y condenar a quienes lo apoyamos, pero deberían andar con ojo para que no se les confunda. Aunque, claro, después de las octavillas repartidas en Badalona, uno no sabe qué pensar o sino serán casi lo mismo.

A veces pienso, recordando tiempos no tan lejanos, que si por ellos fuera sólo autorizarían ciertos tipos de manifestaciones, las del pensamiento único y unidireccional para que nadie, como pasa ahora, les pueda acusar de esquizofrénicos al salir a las calles unas veces y señalar como “los malos” a los que salen a la misma, otras.

Diego V.M